La primera vez que lo penetraron

Resultado de imagen para Pinturas del asesinato

He de amarte toda la noche, de noche; te deseo, a todo tu ser, mi amante, tu vida, mi sexo, pero no sé cómo mostrarme ante ti. El pudor te pesa, lo cargas siempre. Me excitas, se nota, lo sientes, lo vives, lo mojas y lo pruebas. Te deseo como siempre lo hice a escondidas en aquel bar donde nos bañábamos en alcohol.

Son mis ganas de tener una larga noche, entre tus sábanas, desnudos, tú, yo, el silencio, siendo tuyo y viceversa, me estoy volviendo loco, me estás volviendo loco. No te miento, tu sexo me encanta, el tuyo y el de la noche, con tantos hartistas... ninguno me ha sabido llevar tan lejos como tú lo estás haciendo ahora, ¡duro!

Somos hombres, como aquellos del pasado que el amor lo era todo para ser unos grandes soldados en la guerra, amándonos, y protegiéndonos el uno al otro, bajo la bendición de muchas divinidades, pero el tiempo cambia y todo está mal, se equivocan, tienen miedo, lo siento, no, soy yo. Es malo para ellos, es malo lo que hacemos. "No es natural". Tú Dios nunca lo permitiría, para tener tal acto lleno de repudio y enfermedad mental, nuestras partes no encajan. ¡Pero a quién le importa! Sólo nos pertenecemos, a ti, a mí, a la noche, a tu saliva y a la mía. Le pertenecemos a los placeres mundanos del ser humano.

Levanto tu camiseta con gran furia; veo tu hermoso pecho, al descubierto, cálido, sudado, mojado, con tu luz y la de la luna, se excita, lo noté cuando le pasé mis dedos húmedos por tu saliva. Tus labios ya no son dulces, tus delicadas mordidas me excitan más de la cuenta, me cortan, me dañas, no te creo capaz de todo este inmenso dolor. Me golpeaste. Aviéntame, olvídame, no somos nada.

Eras un buen hombre.

Me penetraste, hasta lo más profundo, tocaste mi alma. Mis lágrimas saliendo. Un líquido recorre mis piernas, rojo, con mal olor, untoso, rojo como los labios de la primera mujer de 40 años con la que tuve sexo cuando yo apenas tenía 15. El metal no es de mi agrado, me duele. Terminaste. Jamás tuve sexo con alguien tan perfecto como tú... 7 acuchilladas me bastaron para caer rendido a tus brazos.

Tu cuerpo es perfecto, a cada centímetro que recorrí con mi lengua. Aquel dolor, el olor, y el color de tu piel, me traer recuerdos de un hermoso sabor a vainilla.

Te disfrazaste de pena, no te desnudaste deseoso, sólo con pena, me hiciste desearte aún más, me vuelves loco, y lo sabes, es lo que te encanta, te encantó tenerme así, en posición fetal, llorando, despidiéndome de todo. Necesito con hartura, tenerte sobre mí; gritando mi nombre, maldicen tus labios, odiándome. Todo lo que hice fue darte placer.

Acaricias mi espalda, tus lágrimas caen, tus manos son delicadas, me siento, frío, vacío, rojo, con una gran herida, despidiendo mi aliento. Volviste a penetrarme una vez más. Cuando te apartes, me dejas de lado con gran suavidad, sacas de mí tu gran filo.

Las sábanas ya no son blancas, poco a poco se pintaron de carmesí, y de recuerdo de una vida falsa. tus dulces mirados se marcaron en mi cuerpo desnudo. Hoy acabaron conmigo y con tu deseo.

José Daniel González Hernández

Comentarios

Entradas populares