Cero

Imagen relacionadaNuevamente tu figura esplendorosa opaca mi vista; nada existe, sólo tu nombre y tu hermosa figura, pero noche tras noche, uno de tus recuerdos húmedos me vuelve atacar, con la esperanza de que tu realidad vuelva.
Tus sensibles ojos se posan en mí, haciendo que yo me pierda en el mar de tus emociones, y así empaparme con delicadeza, de tu ser, de tus vidas pasadas, de todo lo que me llenas con gloria y paz.
Y es que necesito saber el sabor de tus labios; necesito saber que se siente tener tu hermosa piel canela, tocándome, deseándome, exigiendo que tu voz se altere y llene de placer.
Te siento, y son tus pasos lo que me llaman. Es tu risa que me agobia, y me deja guiar por un deseo que jamás sucederá, por algo que me enseñaste por un segundo, pero no puedo beber de ti.
Deseo que tu miedo no exista, que tus demonios sean una nada, donde el silencio esté en cero. Deseo, mi amante sin amor, saber tu color.

José Daniel González Hernández

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